
¿Qué puede hacer un ionizador de agua contra el estrés oxidativo?
Las células de nuestro cuerpo necesitan oxígeno para convertir los nutrientes absorbidos de los alimentos en energía. La quema de oxígeno con esta función se llama oxidación.
En este proceso, se liberan moléculas de radicales libres. Esto sucede todo el tiempo en el cuerpo. Estas moléculas son inestables y tienen el potencial de causar daño. Sin embargo, nuestras células cuentan con enzimas protectoras que reparan el 99% del daño causado por dicha oxidación.
El problema es que los radicales libres también pueden ser producidos por factores externos como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la contaminación ambiental, la radiación solar, los medicamentos e incluso el agua que bebes.
Hoy en día, por desgracia, el estrés diario combinado con la edad avanzada y una dieta desequilibrada también contribuyen a la aparición de más radicales libres en el organismo.
Este exceso ya es demasiado para que nuestras células se defiendan. Entonces somos más propensos a los problemas. Para que te hagas una idea, las reacciones entre los radicales libres y nuestro ADN pueden dar lugar a mutaciones capaces de provocar cáncer.
Además, estas moléculas aceleran el proceso de envejecimiento y están vinculadas a enfermedades del corazón, Parkinson y Alzheimer.
A pesar de todos estos efectos negativos, es un mito pensar que los radicales libres no juegan un papel importante en el organismo. Al contrario: son indispensables para estimular nuestras defensas frente a infecciones, por ejemplo.
Lo que debe quedar claro es que la salud está en riesgo cuando hay un exceso de estas sustancias.
La oxidación se mide en mV (milivoltios), una medida conocida como ORP (potencial de oxidación y reducción). Los valores positivos indican oxidantes mientras que los valores negativos indican antioxidantes.

Por ejemplo: Un agua de pozo suele tener un valor en torno a los +400mV (oxidante)
Vitamina C un valor de –50mV (antioxidante)
¿Qué hacer para evitar el problema?
Si pensamos que los radicales libres generan la oxidación de las células, la solución para mitigar el peligro sería contar con una sustancia con el poder de combatir este proceso, ¿no?
Y aquí es donde entran los antioxidantes, moléculas cargadas positivamente que se combinan con los radicales libres cargados negativamente, haciéndolos inofensivos.
Por tanto, estas sustancias tendrían la capacidad de anular la acción oxidante de estos radicales. De ahí el nombre: antioxidantes.
¿Y dónde encontrarlos?
Las frutas, verduras y hortalizas, así como los granos, cereales y oleaginosas se encuentran entre los alimentos que presentan mayor contenido de antioxidantes.
Estas sustancias dan color a los alimentos, por lo que existe esa regla general básica sobre cómo hacer platos coloridos.
Consejos para incorporar antioxidantes a tu rutina
• Consumir al menos tres tipos de frutas, de diferentes colores, al día.
• Tener, en el almuerzo y la cena, al menos dos vegetales de diferentes colores también.
• Considere incluir semillas oleaginosas en sus meriendas: nueces, anacardos, almendras y cacahuates son ejemplos.
De esta forma, te asegurarás la ingesta de sustancias con acción antioxidante, además de gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra.
Otra alternativa es ingerir agua antioxidante (producida por un ionizador de agua). Los ionizadores Alka&Health producen agua con un valor de –400mV (8 veces más antioxidante que la vitamina C).
Mira la siguiente infografía y saca tus propias conclusiones:
